A pesar de que la luna reinara el
horizonte, el día ya no se distinguía de la noche. Los ojos miraban con
detenimiento los alrededores repletos de objetos consumidos que alguna vez
debieron ser árboles. Escasa era la fuerza que había para hacer lo que siempre:
La observación a través del enorme vidrio y súplicas de perdón por algo no
recordado. Los músculos estaban conectados a una serie de cables. A veces los
brazos intentaban elevarse, débiles por la falta de movimiento.
Pasadas las horas, o días, quién sabe, algo
arrebató el suelo. Un golpe por detrás. Las agujas conectadas en la piel se
esparcieron por el lugar. La risa de una mujer y el arrebato al escuchar
señales de algo que le resultaba familiar e incluso propio. Los pies quisieron
levantarse aunque al no haber suministros que lavaran la sangre, cayeron; las
piernas y manos temblaron como nunca antes mientras los ojos se retorcían…
inconsciencia.
La sensación de un peligro oculto y cada
vez más cercano influía sobre los pasos, desgastados por la arena añejada. En
una de las esquinas estaba el reflejo lluvioso de puntos grises, con ruidos que
podrían haber resultado inquietantes si no fuera por tanta inoperancia que
había desembocado en el desinterés por todas las cosas existentes.
Algo distinto pudo divisarse… una luz
anaranjada. Palabras intentaban pronunciarse para llamar a la figura extraña.
La vista acabó en gritos y su eco. Lo que había sido excitante ahora se había
convertido en temor, la oscuridad presionaba la sangre, el silencio era
desgarrador y lágrimas escapaban de los ojos que aceptaban lo que veían porque
estaban esperando despertar. Hubo un murmullo que transportó aquel destino
prófugo hacia una noche anterior, perdida en los pensamientos: El borde de un
abismo. La sensación del vértigo y pesadez corporal no daba lugar al retroceso.
De nuevo, la risa actuó como despertador antes de que se produjera el comienzo
de la caída.
El tacto sobre aquella pared transparente
terminó por desequilibrar las neuronas. El lugar comenzó a agitarse, eclipsado
por una única razón de existencia: El escape eterno ante una sombra que
amenazaba.
La vuelta del reloj de arena y el nacimiento de nubes de polvo que poco a poco, volvían a iniciar la pesadilla universal.
La vuelta del reloj de arena y el nacimiento de nubes de polvo que poco a poco, volvían a iniciar la pesadilla universal.