sábado, 8 de octubre de 2011

El pintor que no olvida

Frente a ellos, el perfil desdibujado;
su multitud de pie ante el cajón:
Canaletas decoraban los rostros y
también algunas muecas torcidas.
Allí el agua era avivada
por aquel temor antiguo de la partida,
del fin.
El opresor ahora vestía una corona
Trazado entre rosas y el húmedo pincel que olvida
(En realidad, la lluvia sólo recubría
la espesa obra anterior)
Pero
no logré observar tal retrato
ni chillar junto a las ropas negras.
Mi lápiz no dejaba de sombrear
las marcas que ensuciaron al río
manchado,
oscuro...
Sin borrador

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